CEO | Acuerdo USMCA (EEUU-México-Canadá)
El nuevo tratado USMCA es en gran parte una versión “recalentada” del TLCAN, aunque esto no se lo escucharemos decir a la administración de EEUU. A pesar de todo lo anterior, existen algunas modificaciones clave que permitirán a cada parte involucrada llevarse cierta ventaja, pero también dar algunas concesiones.
Trump y EEUU son los grandes ganadores en cuanto a las reglas para el sector automotriz y límites salariales en México, ya que ahora los automóviles requieren incluir al menos un 75% de manufactura en EEUU con el fin de evitar los aranceles a la importación, por encima de 62.5%. Esto es muy significativo debido a que hasta el 20% del intercambio comercial de Norteamérica gira en torno a esta industria. EEUU también se queda con algunas concesiones en la sección de lácteos con respecto a Canadá.
México y Canadá ganaron algunos estatutos para la solución preferencial de controversias y lograron la aprobación de la cláusula “sunset” con una fecha de vencimiento a 16 años con revisiones periódicas del acuerdo cada 6 años. Esto brinda aún más certeza a los negocios.
Más allá de los detalles, el tratado USMCA es percibido como un posible modelo para futuras negociaciones comerciales. A pesar de su apariencia trilateral, el pacto consiste en realidad en dos acuerdos bilaterales (EEUU/México y EEUUU/Canadá) muy interrelacionado.
La administración de Trump ha demostrado un claro desprecio hacia los acuerdos comerciales multilaterales, por lo que USMCA representa una victoria para su modus operandi preferido. Además, fomentará la visión de la administración de Trump de que la mano dura puede forzar a sus socios comerciales a ceder. Sin embargo, esta visión podría quedarse nada más en un anhelo a la hora de ejercer presión sobre China.
El acuerdo también representa un gran triunfo para Trump en lo político. En este sentido, Trump puede quedarse con todo el pastel. Con la ratificación del congreso pendiente en los tres países, habrá acabado con el TLCAN – aunque mayormente en teoría, y no en la práctica – una victoria para su base electoral populista, y simultáneamente, conservar al mayor bloque de libre comercio del mundo, lo que cuenta con un fuerte apoyo de los Republicanos pro-empresa y del Congreso de su país.