LOGÍSTICA | La conexión, clave de la logística: UPS
La infraestructura logística es un gran recurso que posibilita el intercambio comercial de bienes y mercancías, tanto dentro de un territorio como fuera de él, y que contribuye directamente al desarrollo económico de una nación.
Imaginemos esa infraestructura en la que mercancías y bienes van y vuelven, soportada por miles de puertos marítimos y aeropuertos, por cientos de miles de kilómetros de carreteras y vías férreas en más de 220 países y territorios del mundo. En esa infraestructura se basa una de las empresas logísticas globales más importantes: UPS, quien a la vez ha desarrollado su propia estructura para transitar a lo largo y ancho de este sistema.
Pongámoslo en perspectiva. Si pusiéramos los 123,000 vehículos de UPS que operan en el mundo en una fila imaginaria que rodee el orbe por el Ecuador, casi completarían la mitad de su circunferencia. A ello sumemos más de 255 aviones (una de las flotas aéreas de carga más grandes del mundo), operando más de 2,320 segmentos de vuelos al día; más de 481,000 empleados en todo el mundo que logran mover 20.7 millones de paquetes y documentos diariamente, es decir, ¡5,200 millones anualmente!
La naturaleza del trabajo logístico otorga una visión de prácticamente todas las industrias, que se están transformando impulsadas por la tecnología para crear formas completamente nuevas de satisfacer las necesidades existentes y futuras. Igualmente, una empresa de gran alcance logístico solo puede convertirse en una empresa regida por la tecnología que es capaz de soportar las cadenas de suministro más complejas. Una red de logística inteligente posibilita conectar a los remitentes con los receptores con capacidades basadas en datos para la distribución, clasificación, transporte y entrega de mercancías.
Incluso también puede tener sistemas de optimización y navegación integrados en carreteras, que a través de sofisticados algoritmos permite alinear paquetes, compromisos de entrega y geografías en tiempo real para optimizar la red y las rutas. Así es como UPS puede hacer más con la misma cantidad de energía (de hecho, ahorra 5.3 millones de galones de combustible anualmente), que es mejor para sus clientes y para el medio ambiente.
Todo este músculo estructural ¿qué fin tiene? Se resume en una palabra: conectar. No solo se trata de unir el punto A con el punto B, se trata de la conexión entre personas que forman cadenas e incluso vínculos. Las empresas la llaman “cadena de suministro”, las naciones la llaman “vía de comercio”, los bloques de naciones le dicen “intercambio de bienes”. Cualquiera que sea su nombre, alude a lo mismo: a personas conectando para juntos alcanzar una meta en común.
En realidad, no importa si se trata de partes automotrices, aeroespaciales, ropa, teléfonos celulares, aditamentos electrónicos, documentos empresariales, personales o envíos peculiares como piñatas. Alguien en algún lugar espera un envío, una conexión.
Solo una empresa como UPS con ese músculo estructural perfectamente aceitado es capaz de adaptarse a las necesidades y lograr una conexión exitosa en prácticamente todo el mundo, gracias a una red internacional de más de 80,000 puntos de acceso para enviar y recibir mercancías.
Si bien el núcleo de la infraestructura logística es generar conexiones, en la actualidad las actividades para conectar han sido redefinidas y hoy día son un proceso, en ocasiones de alta complejidad, centrado en la tecnología en casi todos los aspectos del negocio. Así, desde soluciones móviles, operaciones propias, implementación de aprendizaje automatizado, inteligencia artificial y realidad virtual, ya son parte de la infraestructura de una empresa avanzada como UPS.